¡Bienvenidos!

Les quiero dar la bienvenida a este fantástico Blog. Espero que les guste y les animo a comentar en los diferentes trabajos ¡¡¡¡UN SALUDO!!!!

jueves, 19 de marzo de 2009

Diario de Adolf Hitler

Gran día el de hoy, 20 de Abril de 1945, mi cumpleaños. Hubiese preferido un regalo más apropiado para este día y no el que me han hecho esos países asquerosos, sobre todo el de la URSS con su

estúpida idea de invadir Berlín. Pero juro ante Dios que algún día me las pagaran. Me acuerdo del Tratado de Versalles que firmo Alemania en 1919. Aun no me explico como pudimos perder la Gran Guerra cuando tuvimos todo a favor para ganarla. Supongo que fue culpa del patético de Guillermo II. El II Reich de Guillermo II había quedado aniquilado y fue sustituido por la Republica de Weimar .Después de esa decepción sentía algo en mi interior aunque no puedo describir esa sensación muy bien, pero tenia claro lo que quería hacer. Quería devolverle a Alemania lo que era de Alemania. No iba a ser un camino fácil pero me propuse conseguirlo costase lo que costase. Sabia que si quería llegar al poder y solucionar todo tendría que hacerlo a través de un partido político. Ese partido fue el Partido Obrero Aleman que fue fundado en Enero de 1919 por causa de la inaceptable derrota que sufrimos en la Gran Guerra y su fundador fue un cerrajero llamado Anton Drexler, junto con Gottfried Feder, Dietrich Eckart, Alfred Rosenberg, Hermann Esser y Karl Harrer y en Septiembre de ese mismo año me ofrecieron a entrar en el partido siendo el miembro numero 7 del mismo. Hice grandes cosas en este partido. Yo era el responsable de la propaganda y aunque parezca que no era un trabajo muy importante de hecho lo era porque me encargaba de que los alemanes se decidieran por seguirnos a nosotros y no a los otros partidos que solo decían gilipolleces. El 20 de Febrero de 1920 fue el mejor día de mi vida, celebre mi primer mitin multitudinario en Munich donde leí los 25 puntos del Programa del Partido escritos por Anton Drexler y por mí y que constituían el programa dogmático del nazismo. Ese día también decidimos cambiar el nombre del partido por el de Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores. Este partido estaba dividido en dos. Por un lado estaban las SA, que era el ejército privado del partido y las SS que fue una organización militar y de seguridad. Después de todo esto era hora de pasar a la acción. Decidimos dar un Golpe de Estado en Noviembre de 1923 y al que llamamos Putsch de Munich. El golpe finalmente fracasó para decepción de todo el partido. A mi me condenaron 5 años a prisión junto a Rudolf Hess y otros dirigentes. Durante mi estancia en la cárcel, que no duro más de un año, hice la mayor obra de mi vida. Un libro al que llame Mein Kampf. En él hablé de una conspiración judía para ganar el liderazgo mundial y también de los comunistas. Mi único propósito en aquel momento era erradicarlos de la
Tierra al igual que los gitanos y los homosexuales. Al salir de la cárcel un año después de entrar, como dije antes, decidí hacer las cosas bien para poder estar en el poder definitivamente. Volví al partido, pero esta vez como presidente y a mi lado estaban dirigentes muy importantes como Hermann Wilhelm Göring o Paul Joseph Goebbels que fue, aparte de un gran amigo, el ministro de propaganda. El y su familia era el claro ejemplo de lo que debía de haber en Alemania y en todo el mundo, la raza aria. Tras conseguir reconstruir el partido, decidimos presentarnos a las elecciones de 1932. Esta vez haríamos las cosas bien y legalmente, ya que hacer las cosas legales gusta mucho a la gente. Pero las perdimos de nuevo. Ya empezaba a estar cansado de perder siempre y quería volver a la vieja usanza, la de hacer las cosas por la fuerza. El partido promovió una ola de revueltas y violencia callejera que llevó al débil e inestable gobierno al colapso. En 1933 obligamos por fin al jefe de Estado,
Paul von Hindenburg, a pactar conmigo. El 30 de Enero de 1933 fui nombrado finalmente canciller de Alemania. Una vez en el poder decidí decretar unas nuevas elecciones. Poco antes de este suceso, el edificio del Reichstag fue incendiado por esos estúpidos comunistas que querían hacerse con el poder responsabilizándome a mí, el mejor hombre que ha podido tener la humanidad. No lo consiguieron por supuesto y pronto sabrían que conmigo no se jugaba. Empecé a hacerle ver a la gente que el incendio era el comienzo de una revolución comunista. Gracias a esto sembré el pánico en la sociedad y obtuve un mayor caudal electoral. Finalmente gane las elecciones y era el comienzo de una nueva era para mi gran Alemania. Tome el control del Parlamento y fue aprobada una ley para poder establecer una dictadura a través de medios democráticos. Por fin estaba en el poder político y ahora tenia que realizar unos cambios. Cambie el actual nombre que tenia Alemania por el III Reich y puse un símbolo verdaderamente bonito, la esvástica o cruz gamada. Con mi ascenso al poder un hombre llamado Thomas Mann, decide exiliarse en Suiza. Normal con la que le podía caer ya que el nunca aprobó que yo estuviera en el poder y finalmente en 1938 escama a EE.UU. Menos mal que decidió irse a otro lugar mas lejos porque lo hubiese fusilado yo mismo por atacar gravemente a la política nazi. La noche del 30 de Junio de 1934 al 2 de Julio de 1934 me quité de encima a los principales opositores que aun tenia, tanto de mi partido como el de los otros. Se produjo la llamada noche de los cuchillos largos en la cual me opuse a la SA y a su líder, Ernst Röhm,[] porque ese estúpido dirigente alemán quería la independencia de la SA y sus miembros me amenazaban con la violencia callejera para debilitar mi reino. Tras matar a todos los dirigentes de la SA puse a la SS como única organización militar ya que sus miembros eran considerados unos soldados extraordinarios. Me encantaban la forma de actuar que tenían y su política de brutalidad hacia los civiles apresados y los prisioneros de guerra. Esta acción de fuerza supuso tener el apoyo del ejército y la industria. Además la SS estaba

liderada por un gran dirigente, Himmler. Recuerdo también la creación de las Leyes de Nuremberg en las que se establecí que a esos asquerosos judíos no se les permitía casarse con personas de raza aria, solo se podían casar entre ellos, al igual que tampoco podían trabajar en un lugar público. La cosa en Alemania pintaba bien pero era la hora de actuar en el exterior. Realice una política exterior muy agresiva y extraordinaria, el pangermanismo, en la que consistía en reagrupar a todo aquel Estado que tenia ciudadanos alemanes, ya que el territorio ocupado por un ciudadano aleman pertenecía a Alemania. Comencé por recuperar el territorio perdido en la Primera Guerra Mundial, el territorio del Saar. Luego seguí por Austria, el país donde nací, en la llamada operación Anschluss, que supuso la anexión de Austria a Alemania. Y quiero recordar especialmente una noche, llamada La noche de los cuchillos rotos. Esa noche fue impresionante ya que esa noche empezó un ataque contra esos judíos asquerosos. La SS arrestó a miles de ellos y mataron a más de 50. ¡Que gran ejercito! Centrándome de nuevo en la política exterior, quería también la anexión de la región de los Sudetes, que pertenecía a Checoslovaquia. Sabía que no iba a ser nada fácil, pero quería conseguirlo a toda costa. Y finalmente lo conseguí en la llamada Conferencia de Munich. En esa conferencia nos reunimos Alemania, Italia, Francia y Gran Bretaña y estos dos últimos países cedieron a entregarme la región. ¡Vaya estúpidos! A lo mejor se pensaban que sólo me iba a conformar con eso, pobres ingenuos. Tras ocupar la región finalmente ocupe toda Checoslovaquia. Aun sentía que tenía que tener más y mirando en el mapa de Europa, vi a Polonia. Pero sabía que Gran Bretaña y Francia no estaban dispuestas a cederme ese país. Lo tenía que conseguir por la fuerza. Pero había que hacerlo poco a poco, sin precipitarse. Por lo pronto, hice un pacto secreto con la URSS, gobernada en aquel momento por Stalin, para repartirnos Polonia y, aunque no me hacia mucha gracia, pactar con esos miserables comunistas era la única solución. Mientras ocurre todo eso, tenia que también centrarme en el sur de Europa. Italia, liderada por Mussolini, era claro partidaria de mi ideología y compartíamos algo en común, el fascismo. En España al principio no estaba muy claro. En Julio de 1936 se produjo una guerra civil en ese país entre la Segunda Republica Española y el Ejército de Franco. Obviamente a mi me interesaba que Franco llegara al poder y estableciera una dictadura y para ello Mussolini y yo lo ayudamos. También recuerdo que ese mismo año fueron los Juegos Olímpicos de Berlín. Al principio estuvo perfecto todo. En la ceremonia de apertura, después del himno alemán, 100 mil personas gritaron "Heil Hitler". También se impartieron afiches con mensajes como "juden unerwuenscht" (judíos indeseables). Fueron retirados los afiches, pero el ambiente de intolerancia racial se mostraba evidente. A Jesse Owens lo llamaban el "esclavo de los blancos americanos". Los alemanes victoriosos aparecían en los periódicos como "rubios vencedores". Los negros siempre eran discriminados y eso a mi me parecía estupendo, pero ocurrió algo desagradable en esos juegos. Esos asquerosos negros se fueron apoderando de los juegos ganando gran parte de las competiciones ¡y encima ese esclavo de los blancos americanos conquisto 4 medallas de oro! Era algo que no podía tolerar y obviamente me negué a entregar las medallas para el atleta negro pero lo que si hice fue saludar a su rival dándole mi ánimo. En Abril de 1939 Franco ya está en el poder y pese a su insistencia de participar en la Segunda Guerra Mundial yo me opuse rotundamente ya que solo seria un auténtico estorbo. Una vez pasado esto ya era hora de ocuparse de nuevo de Polonia. La invadí a pesar de que Chamberlain y Petain no estaban de acuerdo. Dicha operación la dirigió, entre otros, el comandante del cuerpo de guardia Romme y que en 1941 fue ascendido a Teniente General. A partir de hay estalla la Segunda Guerra Mundial, a pesar de los intentos del papa Pío XII para que no se diese dicha guerra, y era el momento de moverse. Ahora cualquier fallo podría ser mortal. Mi primer paso en la guerra fue la de invadir Dinamarca y Noruega y controlar así el Mar Báltico y el Mar del Norte. Pero con eso solo no bastaba y decidí invadir también Bélgica y Holanda. Todo me estaba yendo bien y una vez invadidas Bélgica y Holanda era el gran momento de atacar Francia. Francia no aguanto nuestro ataque, como era lógico, y cae derrotada. El Ejercito Aleman mostraba su poderío a todo el mundo llegando hasta Paris. Con ello se produjo la anexión de Moldavia y Bucovina a Alemania. Una vez tenido a Francia bajo mi poder la dividí en dos. Por un lado el norte de Francia, que estaba bajo dominio absoluto de mi ejército y por otro lado dejé que Francia tuviese su territorio al sur llamándola la Francia de Vichy con la condición de que colaborara con Alemania. El gobierno de Vichy estaba liderado por Patain. Tras la invasión numerosos franceses decidieron escapar a Inglaterra entre ellos De Gaulle, que de no haber escapado lo hubiese fusilado yo mismo y su cuerpo se lo daría a mi perrita Blondi para que se lo comiera, e Italia entra definitivamente en la guerra, aunque hubiese preferido que Mussolini se hubiese estado quietecito. Con el dominio del mar era hora de atacar por el aire a Inglaterra, mi única enemiga por fin y así invadir la isla. A Chamberlain le pudo la presión y dimitió de su cargo y llegando así hasta el poder Churchill, aunque a mi no me importaba demasiado quien estaba en el poder de Inglaterra ya que yo sabía que iban a salir derrotados de la batalla. A dicha batalla se le llamo Batalla de Inglaterra y enfrento a mi ejército aéreo, la Luftwaffe, con la fuerza aérea inglesa. La Luftwaffe tenia grandes aviones que consiguieron dejar de lado al gran zepelin, que se habia quedado ya anticuado. Recuerdo que en la batalla algo iba mal. La fuerza aérea británica se estaba comiendo literalmente a la Luftwaffe… ¡pero eso era imposible! Acabamos perdiendo esa batalla y que supuso la primera derrota de mi ejército en una batalla y ya habría tiempo de compensar el fallo. Recuerdo que Italia aprovecho mi batalla con los ingleses para invadir el imperio colonial británico en el norte de Afrecha. Pero a pesar de que Inglaterra estaba débil en aquel momento, Italia no consigue invadir las colonias y tuve que ayudarle con el Deutsches Afrika Korps para sacar a Italia de aquel aprieto. El gobierno de Mussolini acabó siendo para mí una decepción y me arrepentí de no haberlo sacado de la guerra desde un primer momento. Pasado ese bochorno, en el verano otoño de 1941 decidí invadir la URSS rompiendo así el pacto que habíamos tenido con el reparto de Polonia. Ese mismo año, 1941, decidí crear una guarida que se encontraba en la aldea de Gierłoż, cerca de Rastenburg, y que me serviría para la ofensiva alemana sobre la URSS. Poseía unos 80 edificios camuflados, 50 de los cuales eran búnkeres, estaba rodeado de campos minados y alambres de púas e inmerso en un tupido bosque. Tenía su propia central eléctrica y recibía suministros de una base aérea cercana. A la guarida la llame Guarida del Lobo. Recuerdo una anécdota sobre esta guarida y es que aquí el coronel Stauffenberg y otros dirigentes me intentaron asesinar sin conseguirlo claro está y saliendo muy mal parados estos despreciables traidores. La cosa parecía ir bien por el momento en la batalla con la URSS puesto que llegue incluso hasta Leningrado y Stalingrado pero a partir de llegar a esas dos ciudades la situación empezó a cambiar. No sé que pudo ocurrir en aquel momento pero mi ejército se iba a lamentar toda su vida, si es que hubiera alguien vivo. Con esto me refiero ni más ni menos que a la Batalla de Stalingrado. Stalin había conseguido retener mi ejército e iniciar un retroceso. Pero esa no fue la única decepción que sufrí. En Diciembre de 1941 el emperador de Japón, Hirohito, decide atacar la base naval de Pearl Harbour que pertenecía a EE.UU. y provocando así que el presidente de EE.UU. Franklin Delano Roosevelt decidiera entrar en la Segunda Guerra Mundial. La situación en Asia parecía estar jodida pero a mi no me importaba demasiado ya que eso estaba ocurriendo en Japón, lo que me importaba verdaderamente es que haría EE.UU. en Europa. Me temía que EE.UU. no se iba a quedar tranquilo con actuar solo en Asia y realiza, junto a Gran Bretaña un desembarco en Sicilia y en la que obligó a ese inepto de Mussolini refugiarse en la región de Saló y formando así una República Social Italiana o también llamada la República de Saló. Pero a Mussolini la alegría se le acaba pronto y acaban derrotándolo definitivamente y no solo eso, también lo matan haciendo que su cuerpo quedase suspendido sobre un edificio. Algo verdaderamente atroz para un hombre que defendió algo que le conviene al mundo. No fue el único desembarco que hubo. También realizaron el desembarco de Normandia y que provocó la liberación de Francia llegando hasta mi Imperio. También hubo numerosos bombardeos como el de Dresde en el que se hizo cuatro ataques aéreos consecutivos y donde la ciudad quedo aniquilada habiendo miles de muertos. La cosa me pintaba muy mal. Dirigentes como Rudolf Hess o Himmler me traicionaron intentando firmar la paz por separado la paz con los Aliados. La guerra ya estaba perdida. Ni siquiera el arma secreta que tenia, los cohetes V2 pudieron solucionar la situación. Se estaba cumpliendo exactamente lo que paso en la Gran Guerra y los Aliados intuyendo lo que iba a pasar definitivamente deciden reunirse en Yalta para repartirse mi imperio. No podía entender como salí derrotado de la guerra. Alemania era extremadamente poderosa. ¡Éramos los amos del mundo! Pero aunque la guerra la estuviese perdida tenía que realizar antes de morir una solución final para exterminar a los judíos. Llegue a concentrar millones de judíos en los campos de concentración de Komintern y Treblinka para fusilarlos y eliminarlos de Europa. Incluso llegue a concentrar a numerosos judíos en Odessa humillándolos y desnudándolos para su posterior fusilamiento. Eso me estaba dando una buena sensación a pesar de que tenía más que pérdida la guerra. Sentía que me llegaba la hora de morir y decidí refugiarme en un bunker junto a muchos fieles dirigentes nazis, con mi reciente esposa Eva Braun y mi gran amigo Goebbels y su familia. No queria que me ocurriera lo mismo que a Mussolini y tenia que suicidarme. Para ello contaba con una pastilla probada previamente con mi pobre perrita Blondi. Tenia suficiente para mi esposa, Goebbels y su familia y para mí. En mi corta estancia en el bunker me pregunté muchas veces que hubiese pasado si hubiese finalmente encontrado el Santo Grial… ¿Habría ganado la guerra con sus poderes? Esa pregunta me la estaré haciendo toda mi eternidad. Quiero despedirme ya definitivamente poniendo punto y final a este diario diciendo a todo aquel que lea este diario que me voy con la cabeza muy alta, habiendo hecho lo que verdaderamente quería, que era la liberación de los blancos, la raza aria haciendo que no se dejasen avasallar por los negros, judíos o los comunistas. Y a esos asquerosos aliados decirles que me habrán ganado a mí pero seguramente no seré la única persona que defienda esta ideología y próximamente habrá mas gente en el poder que continué mi legado y mi causa.

lunes, 16 de marzo de 2009

Albúm de Adolf Hitler (4)


Aqui estoy yo, posando en mi despacho en el pudimos concretar toda nuestra estrategia para ganar la Segunda Guerra Mundial.












Fuente:

domingo, 8 de marzo de 2009

Albúm de Adolf Hitler (3)

Aquí estoy con el arquitecto Albert Speer a la izquierda y teniendo atrás la fantástica Torre Eiffel, en Francia. Gran país Francia, aunque no mejor que Alemania claro. Pero en breve se unirá a la gran potencia mundial no os preocupeis franceses, ¡os sacare de la miseria a la que estáis condenados!.

Albúm de Adolf Hitler (2)

Me encuentro aquí montado en mi coche, saludando a millones de soldados a mi cargo, dispuestos a ir a la guerra para defender nuestra patria. No importa las muertes que hayan en el campo de batalla, los nombres de estos soldados alemanes pasaran a la historia sin duda alguna por ser los mejores soldados de la historia.

Albúm de Adolf Hitler (1)


Me encuentro aquí junto Heinrich Himmler, que fue un gran comandante en jefe de las SS. Le estaré eternamente agradecido por ayudarme en mi propósito de exterminar a los judíos matando a millones de esta raza y además también a millones de polacos, gitanos, homosexuales y sobretodo a esos impresentables rusos comunistas.

Borrador del Diario de Adolf Hitler


Diario de Adolf Hitler


Gran día el de hoy, 20 de Abril de 1945, mi cumpleaños. Hubiese preferido un regalo más apropiado para este día y no el que me han hecho esos países asquerosos, sobre todo el de la URSS con su estúpida idea de invadir Berlín. Pero juro ante Dios que algún día me las pagaran. Me acuerdo del Tratado de Versalles que firmo Alemania en 1919. Aun no me explico como pudimos perder la Gran Guerra cuando tuvimos todo a favor para ganarla. Después de esa decepción sentía algo en mi interior aunque no puedo describir esa sensación muy bien, pero tenia claro lo que quería hacer. Quería devolverle a Alemania lo que era de Alemania. Sabia que no iba a ser un camino fácil pero me propuse conseguirlo costase lo que costase. Para empezar, decidí estar en un partido político. Ese partido fue el Partido Obrero Aleman que fue fundado en Enero de 1919 por causa de la inaceptable derrota que sufrimos en la Gran Guerra y su fundador fue un cerrajero llamado Anton Drexler, junto con Gottfried Feder, Dietrich Eckart, Alfred Rosenberg, Hermann Esser y Karl Harrer y en Septiembre de ese mismo año me ofrecieron a entrar en el partido siendo el miembro numero 7 del mismo. Hice grandes cosas en este partido. Yo era el responsable de la propaganda y aunque parezca que no era un trabajo muy importante de hecho lo era porque me encargaba de que los alemanes se decidieran por seguirnos a nosotros y no a los otros partidos que solo decían gilipolleces. El 20 de Febrero de 1920 fue el mejor día de mi vida, celebre mi primer mitin multitudinario en Munich donde leí los 25 puntos del Programa del Partido escritos por Anton Drexler y por mí y que constituían el programa dogmático del nazismo. Ese día también decidimos cambiar el nombre del partido por el de Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores. Después de todo esto era hora de pasar a la acción. Decidimos dar un Golpe de Estado en Noviembre de 1923 y al que llamamos Putsch de Munich. El golpe finalmente fracaso para decepción de todo el partido. A mi me condenaron 5 años a prisión junto a Rudolf Hess y otros dirigentes. Durante mi estancia en la cárcel, que no duro más de un año, hice la mayor obra de mi vida. Un libro al que llame Mein Kampf. En él hable de una conspiración judía para ganar el liderazgo mundial y también de los comunistas. Mi único propósito en aquel momento era erradicarlos de la Tierra. Al salir ce la cárcel un año después de entrar, como dije antes, decidí hacer las cosas bien para poder estar en el poder definitivamente. Volví al partido, pero esta vez como presidente y a mi lado estaban dirigentes muy importantes como Hermann Wilhelm Göring o Paul Joseph Goebbels que fue, aparte de un gran amigo, el ministro de propaganda. Tras conseguir reconstruir el partido, decidimos presentarnos a las elecciones de 1932. Esta vez haríamos las cosas bien y legalmente, ya que hacer las cosas legales gusta mucho a la gente. Pero las perdimos de nuevo. Ya empezaba a estar cansado de perder siempre y quería volver a la vieja usanza, la de hacer las cosas por la fuerza. El partido promovió una ola de revueltas y violencia callejera que llevó al débil e inestable gobierno al colapso. En 1933 obligamos por fin al jefe de Estado, Paul von Hindenburg, a pactar conmigo. El 30 de Enero de 1933 fui nombrado finalmente canciller de Alemania. Una vez en el poder decidí decretar unas nuevas elecciones. Poco antes de este suceso, el edificio del Reichstag fue incendiado por esos estúpidos comunistas que querían hacerse con el poder responsabilizándome a mí, el mejor hombre que ha podido tener la humanidad. No lo consiguieron por supuesto y pronto sabrían que conmigo no se jugaba. Empecé a hacerle ver a la gente que el incendio era el comienzo de una revolución comunista. Gracias a esto sembré el pánico en la sociedad y obtuve un mayor caudal electoral. Finalmente gane las elecciones y era el comienzo de una nueva era para mi gran Alemania. Tome el control del Parlamento y fue aprobada una ley para poder establecer una dictadura a través de medios democráticos.